Las cortadoras de plasma envían un arco eléctrico a través de un gas (nitrógeno, argón, hidrogeno, oxigeno o mezclas de estos), que pasa por una boquilla. Esto eleva la temperatura del gas hasta entrar al cuarto estado de la materia: plasma. Debido a que el metal que está siendo cortado es parte del circuito, la conductividad eléctrica del plasma hace que el arco se transfiera al trabajo. Cuando el gas pasa por la boquilla a altas velocidades, el metal se corta. El gas se dirige alrededor del perímetro del área a cortar para soldar el corte.

Cortes de altísima precisión, prácticamente quirúrgica, realizados en menos de tiempo. Este sistema reduce el riesgo de deformación gracias a la compactación térmica del área cortada, y puede aplicarse a todos los metales.